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Branding ZADIA SOFTWARE
El proceso de creación de la marca de ZADIA SOFTWARE consistió en una reinterpretación de su imagen inicial. Una marca debe sugerir la actividad de la empresa a la que representa; tiene que ser capaz de comunicar, con un golpe de vista, lo que ofrece. Por este motivo, apostamos por conservar los corchetes “{}” ya presentes en la marca anterior, por ser un elemento típico y fácilmente identificable del mundo de la programación. Así, creamos un imagotipo compuesto por una parte tipográfica y otra gráfica, que juega con estos símbolos.
La marca es, además, la mejor carta de presentación, por lo que lograr una imagen que sugiera valores como innovación, vanguardia, tecnología… fue uno de los objetivos a conseguir. El color juega un papel importante en este punto. El resultado final es una marca versátil, que se diferencia de su competencia y que mantiene una línea de estilo que encaja en su sector. Una marca perdurable, memorizable y que, sin duda, no pasa desapercibida.
El primer paso en la construcción de la nueva marca consistió en dotar a su naming de una tipografía corporativa. Partimos de la fuente Michroma, ancha y de palo seco que, en determinados casos, será utilizada como tipografía corporativa de ZADIA.
Posteriormente y para dotar de personalidad a la marca, modificamos la letra Z, quizá la más llamativa del nombre, de forma que pudiésemos conseguir unos diplés, comúnmente utilizados en el lenguaje de programación. Este estilo se aplica al resto de letras de ZADIA, logrando así una tipografía modificada específicamente para la marca y que además nos recuerda a las tipografías digitales, que presentan cortes, para conseguir un aspecto mucho más tecnológico.
Para seguir dotando a la marca de personalidad, recuperamos los corchetes presentes en su anterior imagen para confeccionar un símbolo que la haga aún más reconocible. Contrapusimos los corchetes y les dimos la vuelta, para así poder interpretarlos pero sin escoger una forma demasiado evidente. Por último, fue necesario modificar esta forma para conseguir un aspecto similar y acorde a la tipografía, por lo que volvimos a separar los corchetes por el medio y les dimos una forma más curva.
Este elemento nos ayudará a formar una imagen mucho más sólida y consistente, que permitirá reconocer la marca y retenerla en la mente del consumidor. A la vez, permitirá posicionarla al contener elementos propios del sector y la diferenciará de su competencia directa, que en muchos casos cuentan con logotipos poco elaborados y de menor carga conceptual. Nos servirá, a mayores, como un objeto gráfico que nos permita elaborar creatividades corporativas mucho más vistosas y aplicaciones interesantes.
Una vez construida la marca escogimos los colores que la representarán. El color es uno de los capítulos más importantes a la hora de crear una identidad corporativa, ya que es una potente herramienta para lograr transmitir sensaciones.
Optamos por un azul desgastado y un turquesa lavado que juntos crean la armonía perfecta para un potente degradado corporativo.
Con esta paleta transmitiremos una imagen de confianza, de estética tecnológica apoyada en el degradado, que sugiere innovación y elegancia a partes iguales.
Son colores suaves, que conjugan a la perfección y nos permitirán crear multitud de soluciones creativas a la hora de aplicar la marca a diferentes soportes. Todo unido conforma una marca versátil y atemporal, que resistirá al paso del tiempo y ayudará a posicionar la agencia dentro de su sector como un referente en el campo.